No todas las plantas necesitan poda, esta premisa lleva a suponer que el pensamiento común es el que todas las plantas tengan necesidad de una continua y periódica poda, cuando en realidad habría que hacer lo contrario!
Una mala poda deforma la forma natural de la planta, genera inestabilidad de las ramas y provoca penetración de hongos patógenos (cánceres, gomosidad, tracheomicosi).
Existe un cierto número de plantas que, produciendo flores y frutos en el curso del verano, soportan tranquilamente la poda, es más la requieren para producir mejor nuevas flores o frutos, como por ejemplo la vid, el kiwi, la higuera, el rosal, la Buddleia, la Spiraea con floración estival y pocas otras. La gran mayoría de las otras plantas en cambio, (manzano, pero, cerezo, ciruelo, albaricoco, pero también la hortensia, Forsythia, azalea, camelia, rododendro y muchísimas ornamentales de fior) fiorece o fructifica sus ramas producidas en el año o en los años precedentes, no requieren por lo tanto poda, o requieren (diferentes caso por caso) muy atento a la biología de la planta.
Las plantas de tallo alto por lo tanto (plátanos, tilos, arces, fresnos, robles, Liquidambar, etc.) no requieren poda sino para contener la amplitud eccesiva de la copa, o para adecentar las ramas secas o enfermas. A las coníferas, finalmente, se les puede entresacar ramas, pero la punta ha de respetarse siempre porque es importante para el control del crecimiento.
Claramente la excepción de cuanto dicho la tienen las plantas que forman cerco que independientemente de la especie, se cortan y se cortan los bordes frecuentemente (es mejor hacer estos tratamientos seguido y en poca cantidad antes que hacerlos raras veces y demasiado tajantes).
De todo lo expuesto resulta evidente que las plantas que se someten a una poda regular son muy pocas y la mayor parte requiere pequeñas y continuas intervenciones, en lo posible de manos expertas.