La poda de las rosas se realiza normalmente en el mes de febrero, cuando la planta está en la fase durmiente y ha pasado el riesgo de fuertes heladas. La poda se realiza para eliminar las ramas débiles, enfermas o secas, además de las ramas que tienden a crecer hacia el interior cruzándose entre ellas, manteniendo asì a las plantas jóvenes y productivas, acompañando y a veces guiando su desarrollo.
Es útil saber que en la poda es necesario:
-
Utilizar guantes adecuados, tijeras con lama “en forma de pico” limpiar y desinfectar (por ej. con agua y cloro), tijeras de pico con mango largo para ramas más gruesas, sierra con lama curva.
-
Limpiar la base de la planta para poder observar mejor la juntura de las ramas y la presencia de eventuales vástagos radicales del portainjerto
-
Eliminar las ramas dañadas, enfermas y secas
-
Eliminar parte de las ramas más viejas
-
Acortar las ramas producidas en la temporada precedente a 2–3 yemas según el vigor, teniendo presente que más sea una rama vigorosa más debe dejarse largo (4-5 yemas), y que esta regla vale para las ramas más pequeñas en el extremo de las ramas portadoras, pero no para aquellas nuevas que parten desde la base o desde la mitad y que puedan constituir nuevas ramas portadoras. En práctica, los nuevos brotes largos y vigorosos se deben mantener a la altura de la planta.
-
Dirigir las ramas con amarres para cubrir eventualmente los vacíos del arbusto
De esta forma se presenta un arbusto notablemente liviano y es más simple proceder y ultimar el trabajo eligiendo las ramas para podar y construir la forma final deseada.